El viaje en tren de Venezia a Florencia fue una estampa de los paisajes toscanos que había visto en enciclopedias y promociones que regalaban premios a este lado del planeta.
Una leve garuá me recibio al bajar del tren, los arreglos que hacían de unas calles aledañas a la estación no me dejaban ver bien los nombres de las avenidas y calles. Por lo que empeze a caminar por las estrechas calles de Florencia es busca de mi hostel, finalmente lo encontre en medio de un taller y una ferreteria, ese hostel se gano mi premio al "Hostel más tenebroso del viaje", lo atendía una señora que parecía viajar continuamente entre el umbral de la vida y la muerte, si eso no me asustaba el hecho de subir por un pasillo oscuro que nunca ha conocido ni la luz ni la pintura talvez sí.
Me gusta el arte, pero no soy un conocedor. Los museos de esculturas y cuadros abundan en esta bella ciudad que gira entorno al arte, los edificios son viejos y asombrosos, las calles de adoquines grandes y oscuros.
El Ponte Vecchio es el spotlight del lugar, entre tanto arte me dieron ganas de sentarme a dibujar; no puede pero en mi imaginación hice un paisaje mental del lugar, inclusive el paisaje tiene sonido y olor... Florencia nunca te olvidare.